Katia Miranda se ha destacado por utilizar bolsas plásticas en diferentes expresiones de su arte, por las que siente “una atracción fatal”. En su trabajo como ambientalista, la autora observó el uso excesivo del plástico y es bajo esta premisa que su obra hace referencia a las bolsas utilizadas diariamente. Las piezas de la obra de Arte en Mayo conceptualmente poseen 2 y 1 litros de agua de mar de los principales océanos del planeta.
Son intercambiables de lugar. Cada composición adquiere una identidad única. La liquidez es un reflejo de la sociedad actual, constantemente en cambio. Los rectángulos tridimensionales -algunos pintados a mano y otros pintados con laca automotriz- sitúan el interés, la necesidad vital y la relación que el ser humano posee con los cuerpos de agua. Nos ayudan a recordar las necesidades que tenemos en torno a ella y nuestro desdén por su conservación.